Los chiringuitos son como la segunda casa para el turista que llega al litoral para disfrutar del sol, de la playa y de la gastronomía local. Estos establecimientos ya están operativos al 100% y con todas las plantillas fuera de ERTE. El nuevo presidente de los empresarios de playas de Andalucía, Manuel Villafaina, vaticina un verano de recuperación y un final de año «espectacular». Repasa los retos de un sector que contempla fuertes inversiones en su modernización.

Ha sido recientemente elegido presidente de la Federación de Empresarios de Playas de Andalucía. ¿Qué retos se plantea?

–El principal objetivo, y espero que sea a corto plazo, es el de terminar el proceso de regularización de los chiringuitos para lograr esa seguridad jurídica que necesitamos. Que todos los expedientes pendientes se terminen y queda un 35% por resolver. Es un proceso que las administraciones tienen que darse cuenta de que no se puede seguir así. Los chiringuitos tenemos que estar a la altura de lo que nos piden los turistas. Tenemos que renovarnos y hacer nuestra obras y ponernos al día. Y para todo ello necesitamos una seguridad jurídica.

¿Qué inversiones están pendientes del fin de este proceso?

–Sólo en la Costa del Sol tenemos prevista una inversión de 320 millones de euros y en Andalucía seguro que estamos cerca de los mil millones. Y es que aunque están avanzados los expedientes no llegan a terminarse y poner fin al proceso es imprescindible para llevar a cabo unas inversiones de este calibre. Por eso este es el principal reto porque los chiringuitos son una seña de identidad, llevamos ahí toda la vida, somos necesarios y tienen que pensar en que vivimos del turismo, que es la industria más grande que tiene España, y, por tanto, creo que nos tendrían que cuidar y que no podemos seguir en esta situación. Que las pegas se las pongan a los nuevos, pero no a los que llevamos ahí toda la vida.

¿Qué prioridades tiene el sector tras esta pandemia?

–Tenemos que plantearnos el tema económico. No es normal que algunas administraciones estén cargando unos canon que son difíciles de sustentar porque al turista no se les puede estar subiendo los precios continuamente y en algún lado tiene que repercutir. Esa es una de las metas que tengo de que intentar que seamos justos entre todos, que pensemos las cosas antes de hacerlas por parte de las administraciones o, al menos, que las negocien con el sector. Apostamos por una mayor colaboración público y privado.

¿En qué se va a basar esa modernización de los chiringuitos?

–Uno de los objetivos es que la luminosidad de destinos como Málaga se muestre también en los chiringuitos con establecimientos totalmente abiertos, algo que hoy es posible con esos elementos de cristal o lumón que da una visión general a toda la playa. Eso es lo que pretendemos. También estar más al día en nuevas tecnologías, que hay veces que es imposible. Las administraciones deben entender que tiene que llegar a las playas la fibra para tener un internet de calidad con el que dar un buen servicio y para que los extranjeros puedan tener garantías de contar con un wifi estable. También cuidar el medio ambiente, ser más sostenibles avanzando en campañas, ya iniciadas, de plásticos cero.

¿Qué ha aprendido el sector de playas en esta pandemia?

–Hemos aprendido a saber que hay que ahorrar para que no nos pase lo que ha sucedido. Saber conservar la economía porque llegan estos 14 meses de ruina y nos encontramos que es muy difícil abrir nuestros negocios otra vez. La ayuda de nuestras agrupaciones de compras ha sido fundamental para salir de esta. Sin ellas ahora mismo el 50% del sector estaría cerrado y, sin embargo, nadie se va a quedar en el camino. Hemos mantenido el asesoramiento constante al sector en todo este periplo.

¿Y qué volumen de chiringuitos están ya abiertos?

–El cien por cien. También es importante, no creo que haya un sector así, que ya haya sacado de los ERTE a todos los trabajadores. Incluso hemos empezado a contar con parte de los fijos discontinuos. Los establecimientos tienen ya preparadas sus plantillas para encarar el verano porque los fines de semana estamos trabajando muy bien, así que ya hemos planificado la temporada. Somos unos 1.100 negocios en toda Andalucía a los que se suman otros 4.000 o 5.000 autónomos de las hamacas y zonas de ocio y náuticas. Estos negocios están empleando a más de 40.000 personas en Andalucía, y unos 25.000 en la Costa del Sol. Sabemos que la facturación va a ser mucho menor que antes de la pandemia. En 2020 fue un 70% inferior y este verano esperamos que sea el 50% del 2019. Este sería un objetivo positivo para el sector. La recuperación total tardará un tiempo y de nosotros depende mucha gente.

¿Cómo está siendo junio?

–El mes de mayo y junio están siendo bastante flojos hasta el momento, aunque siempre junio ha remontado a partir de que finaliza el colegio. Estamos en una situación que no es normal y que esperamos que se vaya recomponiendo poco a poco

–¿Esperaban un junio así?

–Nos faltan los ingleses, que son fundamentales y que se echan en falta. Hay más holandeses, pero no llega a ese 30% de ingleses.

¿Se nota que la mitad de la planta hotelera está cerrada?

–Eso se nota muchísimo y, sobre todo, porque los que están abiertos están a un 40%. Influye mucho la baja ocupación de hoteles y de los apartamentos.

¿Qué necesita la Costa para ese despegue tras este año de parón?

–Uno de los revulsivos que tenemos que plantearnos a través de las diferentes administraciones es que no podemos depender de un solo país. Hay que buscar otros mercados. Tenemos un destino espectacular, con un clima y una gastronomía excepcional y es lo que hay que vender para romper estas dependencias de Reino Unido.

¿Qué previsiones barajan para esta temporada alta?

–Esperamos un mes de julio bueno, un agosto muy bueno y estamos seguros de que vamos a tener un septiembre, octubre y noviembre espectaculares. También los hoteles tienen unas altas ocupaciones para esos meses de final del año. Volvemos a la senda un poco de 2019. Enero y febrero y hasta el 14 de marzo de 2020 los datos de la Costa del Sol eran excepcionales. Tenemos una fe enorme en el turismo nacional, que además estoy seguro que este año va a salir poco de España. Además confiamos en pasar la revisión de final de mes de Reino Unido para que a partir de julio vuelvan los británicos, que van a venir en cuanto les abran las puertas.